EL TERRORISMO OFICIAL

  • El bombardeo de Estados Unidos al grupo de liberación negra MOVE |

Un helicóptero sobrevolaba la zona oeste de Filadelfia. Avanzaba rumbo al barrio de Cobbs Creek, en dirección hacia la avenida Osage. El piloto tenía un objetivo marcado en el mapa y una misión que cumplir. Corría el año 1985, no había guerras de gran magnitud ni ofensivas contra grupos acusados de terrorismo. Sin embargo, por orden del Estado, las fuerzas represivas iban en busca de la organización afroamericana MOVE. Tenían que desalojar el lugar que ocupaban y ahogar sus reclamos contra el racismo y la violencia institucional. La Justicia ya tenía preparado el veredicto; la prensa también.

El grupo de liberación negra había sido fundado en 1972, por Vicente Leaphart, y nacía en tiempos en los que en los Estados Unidos se vivía el auge de los movimientos de lucha y reivindicación contra el racismo que impartía el Estado. Sus miembros vivían en comunas dentro de la ciudad y basados en reglas distintas a las de la sociedad: se oponían al uso de maquinarias, a la explotación animal y a la educación oficial. Durante estos años, las persecuciones serían constantes. En 1978, en un intento de desalojo por parte de la policía, un oficial de las fuerzas acabaría muerto tras un tiroteo. Si bien nunca hubo ninguna prueba real, 9 integrantes del grupo fueron condenados a 100 años de prisión. Una bala, un muerto, nueve condenados.

Para el 13 de mayo de 1985, el jefe de Policía Sambor tenía en mente un operativo que terminaría con todos sus problemas a la vez. El procedimiento no dejaba margen de error: había que bombardear el edificio donde estaban instalados. El hecho de que este objetivo estuviera en plena ciudad no iba a alterar sus planes o preocuparlos en demasía. Ese día, tras llegar al lugar, el helicóptero dejó caer una bomba C-4, de uso bélico, desatando una explosión que causó una masacre. Suministrada por el FBI, el proyectil impactó contra la vivienda y comenzó un incendio que se expandió rápidamente por toda la manzana. Mientras tanto, a la vista de la población, la policía bloqueó el ingreso de los bomberos y disparó contra quienes intentaban salir de sus casas.

El saldo sería de 65 viviendas quemadas y al menos 11 personas muertas. Entre ellas, se encontraban cinco menores de entre 7 y 12 años, a quienes la policía negó su salida de la casa ya que, como diría el comisario, también eran “combatientes”. Ante la brutalidad de los hechos, la alcaldía tuvo que acceder a que se investigase. Sin embargo, como era de esperar, ningún responsable -ni directo ni político- recibió condena alguna. Tiempo después, una sobreviviente del MOVE diría: “La violencia está dirigida hacia nosotros, no eres violento cuando te defiendes. Por lo contrario, eres violento si permites que alguien te ataque y no respondes. En este caso, estás alentando la violencia».