CHACO SANGRIENTO

  • La Masacre de Margarita Belén |

El comunicado sería emitido a primera hora en la radio del Chaco. Era la parte final de un operativo que ya estaba concluido y, como era costumbre, los medios debían dar cierre. Por eso, el pueblo chaqueño amaneció el 13 de diciembre de 1976 recibiendo la noticia de que «una columna que transportaba detenidos subversivos hacia Formosa» había sido atacada por una banda armada en la ruta nacional N°11 cerca de la localidad de Margarita Belén. Además, agregaba que tres delincuentes habían sido abatidos en un enfrentamiento y finalizaba pidiendo a la población que colaborara «con las fuerzas del orden proporcionándole cualquier información». Una farsa que se repetiría sistemáticamente en tiempos de represión.

La verdadera historia había comenzado el día anterior, a 21 km de allí. Esa noche, un grupo de personas pertenecientes a la Juventud Peronista fueron sacadas de sus celdas tras ser informadas de que serían trasladadas a una cárcel de máxima seguridad. Se ponía en marcha así el operativo Encubrimiento Rojo. Gracias a los testimonios de sobrevivientes y a la declaración de un parapolicial «arrepentido», hoy sabemos que fueron brutalmente torturadas para luego ser transportadas hasta el destino planificado. Allí, moribundas y casi sin poder sostenerse de pie, serían cobardemente fusiladas al costado de la ruta. Los cuerpos, algunos enterrados como NN, nunca fueron entregados a sus familiares.

Se sabría además que, por las torturas recibidas, era imposible que pudieran siquiera caminar, que las mujeres fueron violadas y que tres hombres fueron castrados. Días atrás, un helicóptero del Gobierno militar había recorrido la zona buscando el lugar apropiado para llevar a cabo el plan mientras otro grupo preparaba las fosas. Al menos 22 personas fueron ejecutadas ese día, de las cuales 5 continúan sin ser identificadas. Pese a que toda la información se encuentra en las documentaciones de las Fuerzas Armadas, ningún Gobierno posterior ordenó desclasificar los archivos.

Los sucesos de Margarita Belén fueron incluidos en el juicio a las juntas militares donde se comprobó que la versión oficial era falsa. En 2011, luego de que la corte revocara los indultos a los represores, ocho militares fueron condenados a cadena perpetua y un policía acusado fue absuelto para ser condenado años después. En lo que refiere al “arrepentido”, Ruiz Villasuso, narraría la secuencia de los hechos y confesaría que “el pacto era que todos los presentes debían efectuar disparos para evitar arrepentimientos posteriores”. Sin embargo, una declaración así tendría su costo. Un día, Ruiz Villasuso recibiría la visita de un oficial de la Policía del Chaco y sería asesinado a puñaladas. Había sido enviado para demostrar cómo se paga el hecho de romper el pacto de silencio.