RECUERDEN, RECUERDEN, EL 5 DE NOVIEMBRE

  • Guy Fawkes y la Conspiración de la Pólvora |

Luego de caminar varias cuadras bajo una llovizna que no prometía amainar, Guy Fawkes se detuvo junto a una de las pocas lámparas que iluminaban las calles de Londres y observó a su alrededor. Al fin, el día marcado en el calendario había llegado. Acto seguido acomodó su sombrero de ala ancha, subió la solapa de su abrigo y cruzó la calle. Esa noche, la niebla era tan espesa que apenas podía distinguir dónde se encontraba. Tras unos minutos, llegó a destino: frente a él, el Parlamento inglés. Sin perder tiempo, se dirigió hacia el subterráneo de Wynyard, una bodega alquilada meses antes, ubicada debajo de la Cámara de los Lores. Una vez dentro, Fawkes alumbró con su linterna y observó los 36 barriles de pólvora. Aquella noche del 5 de noviembre de 1605 no iba a ser una noche cualquiera.

El plan había sido meticulosamente preparado. Si todo salía como lo previsto, por la mañana, cuando el rey Jacobo I y sus ministros se reunieran en la Cámara de los Lores, Fawkes encendería la mecha que haría volar el edificio y lo reduciría a escombros. Los conspiradores, liderados por Robert Catesby, no solo buscaban asesinar al rey y arrebatar el poder al protestantismo, sino también revertir la reforma anglicana y poner fin a la persecución y represión que sufrían los católicos en Inglaterra. Sin embargo, pese a todas las precauciones, algo falló.

Horas antes, un mensaje anónimo que alertaba sobre un atentado llegó a las autoridades. Lo había enviado el barón de Mounteagle, quien, días atrás, había recibido una advertencia para que no asistiese al Parlamento. La Corte no tardó en actuar. Esa misma noche, los soldados de la Corona irrumpieron en los sótanos y descubrieron a Fawkes junto a los barriles. Aunque en un principio intentó engañar a los guardias, todo terminó cuando le encontraron los fósforos que llevaba guardados.

Guy Fawkes fue llevado a la Torre de Londres donde sería torturado durante días. La Corte buscaba que diera nombres, detalles, conexiones. Querían conocer todos los secretos de la conspiración y dar un castigo ejemplar. Si bien resistió durante horas, finalmente confesó el plan. Mientras tanto, el resto de los conspiradores aprovechó para huir, pero la intensa persecución ordenada por el rey dio sus frutos y fueron capturados. Catesby y dos hombres más murieron en el enfrentamiento; los demás fueron brutalmente castigados y condenados a muerte por traición. Fawkes, al igual que sus compañeros, sería ahorcado y descuartizado; y sus restos, esparcidos en las cuatro esquinas del reino como advertencia a los traidores. Con el tiempo, su figura se abriría paso en la historia, dejando en segundo plano parte de sus ideas, para prevalecer su rebeldía y alzarla como símbolo de lucha.