- La muerte de Piotr Kropotkin |
Un telegrama llegaba a las manos de Lenin. Había fallecido uno de los principales teóricos del anarquismo: Piotr Kropotkin. La noticia no tardaría demasiado en recorrer el país e, inmediatamente, miles de personas se movilizaron hacia la casa donde había pasado sus últimos años. Su gente más cercana decidió que fueran las organizaciones anarquistas quienes se hicieran cargo del funeral, rechazando el ofrecimiento del Gobierno bolchevique. A cambio, le pedirían a Lenin que liberara a toda persona que se encontrara detenida por motivos políticos para que pudieran asistir al entierro. La respuesta no se haría esperar y, tras comunicar que eso no sería posible, se emitía una orden que prohibía la impresión de una publicación anarquista sin corrección previa. Así, con gran parte del pueblo marchando, comenzaba el funeral.
Activista, geógrafo y científico, Kropotkin creía en un gobierno libre basado en asociaciones voluntarias entre comunidades organizadas por sus mismos habitantes. Entendía que las labores y el producto generado debían repartirse de forma equitativa, dividiendo el trabajo de acuerdo con las aptitudes y necesidades de cada persona. Por eso, afirmaba que «sin respeto por sí mismo, sin simpatía y apoyo mutuo, la especie acabará por extinguirse, como se extinguen algunas especies animales que viven del robo o de la servidumbre».
Declarado enemigo de la ley, la autoridad y la falsa moral, aseguraba que, para construir una sociedad sana, era imprescindible no «tratar a los demás como nosotros no quisiéramos ser tratados». Nos llamaba, como individuos, a declarar «la guerra al cúmulo de embustes, de astucia, de explotación, de depravación, de vicio, en una palabra, de desigualdad” que el sistema ha vertido en nuestros corazones. En respuesta al darwinismo, publicará «El apoyo mutuo», un estudio sobre la cooperación en el proceso evolutivo de las especies. En esta obra llegará a la conclusión de que, a diferencia de lo planteado por Darwin, la ayuda y el cooperativismo son el pilar para la evolución de las especies. Al igual que en el resto de los animales, dirá, el principal papel en la evolución de la humanidad “fue desempeñado por la ayuda mutua y no por la lucha mutua”.
El 8 de febrero de 1921, a las 3 de la madrugada y rodeado de su familia, su cuerpo dijo basta. El día de su funeral, más de 100.000 personas se acercaban para despedirlo entre banderas negras y folletos que circulaban clandestinamente. Allí, el último orador, uno de los pocos anarquistas liberados para la fecha, se atrevería a denunciar las detenciones y torturas a opositores. Sería, tal vez, una de las últimas manifestaciones anarquistas masivas en tierras soviéticas. Aquella tarde, escribiría Emma Goldman: “El brillante sol de invierno se sumía ya en el horizonte cuando los restos de Kropotkin fueron bajados a su tumba…”.